Los sueños de un escritor
Novela histórica o Historia novelada” ¿Están tan claras sus diferencias?
Susana R. Garrido *
* “Escritora de profesión, historiadora de formación; para la libertad, el arte; la crítica, como sistema y los sueños mi recurso”. .. Es master en Historia y Antropóloga, estudió en la universidad de Granada, España.
Andaba yo estos días con el tercer borrador de mi próxima novela, cuando me asaltó un recuerdo de mis años de universitaria, específicamente de una conferencia del poeta y profesor Luis García Montero, cuyo título era el mismo que estoy utilizando para ésta entrada: “Novela histórica o Historia novelada”. Creo que todavía hoy no tenemos claras las diferencias entre estos dos géneros tan dispares, pero que a su vez beben de la misma fuente, es decir, se nutren de la Historia.
Sin entrar en definiciones académicas cargadas de complejidad y tecnicismos, podemos decir que la novela histórica es un tipo de relato cuyo contexto se desarrolla en un momento histórico concreto y está adosada con ficción:

La Roma de Augusto, la Revolución Francesa, la Segunde Guerra Mundial, la Guerra Fría, etc., pero que tanto su trama como argumento son ficción y aparecen en ella, como columna vertebral que sostiene e hilvana la trama, personajes históricos, mezclados con otros inventados. Sin embargo, lo más importante en dicho género es que el argumento y la trama sean verosímiles y visible la relación con ese momento del pasado en el que se enmarca…


Por su parte, lo que García Montero define como Historia novelada sería más bien un ensayo divulgativo, en el que los historiadores presentan los resultados de sus investigaciones, que tienen un claro componente narrativo más allá de la mera exposición científica, pero siempre basándose en datos históricos contrastados.
Hasta aquí, parece que están claras las diferencias entre ambos géneros, no solo en cuanto la finalidad -divulgación o entretenimiento- sino también en lo que respecta a su forma de presentar la Historia -“verdad” o contexto-. Sin embargo, en la práctica, “al caer la noche todos los gatos son pardos” y nos encontramos con problemas un tanto incómodos que ponen de manifiesto el no saber muy bien dónde empieza la novela histórica y dónde la Historia novelada. Por ejemplo:
— ¡Ah, tu eres historiadora!, ¿verdad? Dice mi vecina con los ojos desorbitados mientras las llaves de su apartamento tintinean en el interior de su bolso.
• Eh… sí… ¿por?
• Por nada, por nada… Es que leí en un libro que las mujeres en la Edad Media iban a la guerra y me resultó muy interesante.
• Bueno…a ver… Eso no es del todo cierto… salvo Juana de Arco, Caterina Sforza… No era lo habitual- le contesto con el ceño fruncido.
• Pues yo lo leí en un libro… Vamos, lo tengo ahí mismo. Hasta te lo puedo prestar si quieres.
• ¿Y cómo se llama?
• Historia del rey transparente, de Rosa Montero.
• ¡Pero eso es una novela!
• ¡Ya!…- exclama con extrañeza- ¿Y…?
• Sucede que en una novela todo es inventado y una novela histórica es una ficción entorno a hechos verídicos, remotos o recientes.
Éste diálogo, aunque no existió en la vida real, refleja muy claramente algo que en mi vertiente de historiadora está claro: Aquellos que tienen las nociones básicas de Historia como materia de bachillerato, les cuesta diferenciar entre lo que el relato expone de “real” y lo que es simplemente un recurso ficticio que el autor ha incluido en la novela por diversos motivos. Con esta afirmación no estoy criticando, ni mucho menos, los conocimientos escasos que a veces tienen los aficionados a la Historia, yo soy la primera aficionada a cocina que no tengo ni idea de cómo hacer para que un mousse de chocolate me quede con burbujitas. Sin embargo, ¿¡por qué hay personas que, ante la duda de realidad o ficción, se quedan con la primera!? La verdad es que no sé responder…Tal vez la explicación sea: Porque no saben novelar.
Pero el asunto, queridos amigos, no se queda en lo que os acabo de contar. Ya que la vida nos da “una de cal y otra de arena”, vamos a ver lo que piensan algunos historiadores -con cinco años de carrera y máster- sobre la Novela histórica:
– mmm Sí, hace tiempo, responde mi compañero de bancada, con desdén.
– Ahí Umberto Eco expone muy bien el tema que estamos dando sobre la Inquisición medieval.
– Bueno, no estoy de acuerdo. Porque tiene muchas imprecisiones. Por ejemplo, en ninguna parte dice que Bernardo Gui fuese a impartir justicia inquisitorial a un monasterio de Italia y mucho menos que éste fuese un hombre fanático e irracional, cuando escribió numerosos tratados y estaba considerado como una verdadera autoridad eclesiástica.
– Ya. Pero…




