La memoria y el olvido
Gabriel García Márquez
Cortesía : Redacción Centro Gabo
Fotos :Archivo FNPI

En las historias de Gabriel García Márquez es usual encontrar personajes que luchan contra sus problemas de memoria. En la novela El amor en los tiempos del cólera, por ejemplo, el doctor Juvenal Urbino intentaba neutralizar sus olvidos seniles con notas escritas deprisa y “papelitos sueltos” que “terminaban por confundirse en todos sus bolsillos”.
Más célebre todavía es la máquina de la memoria que inventó José Arcadio Buendía en Cien años de soledad para contrarrestar los efectos paulatinos de una ‘peste del olvido’ que azotó a los habitantes de Macondo. Esta máquina de la memoria consistía en un diccionario giratorio, con miles de fichas movidas por una manivela, a partir del cual una persona podía repasar a diario las nociones más importantes de la vida doméstica.


Para seguir advirtiendo la importancia de acordarse del pasado, desde el Centro Gabo hemos escogido 11 reflexiones del escritor colombiano sobre la memoria y su contraparte, el olvido. Las compartimos :
5. Entre el recuerdo y la ficción:
A partir de cierta edad, cualquier cosa que uno escribe ya forma parte de sus memorias. Los cuentos que estoy escribiendo ahora son una mezcolanza de realidad y de ficción, de memoria y de invención, que yo mismo ya no sé dónde termina una cosa y dónde empieza la otra. Y de veras hay momentos en que no sé si me sucedió o me lo inventé o que me lo inventé hace tanto tiempo que ya creo que me sucedió.
El placer de narrar. El País, noviembre de 1991.
6. La memoria visual del periodista:
El reportaje, igual a un buen libro, parte de un argumento central y, gracias a la memoria visual del reportero y a su capacidad de escritura, sobrepasa la nemotecnia, los simples datos y estadísticas, y acaba con la palidez de la información mientras da vida y atractivos a las noticias que busca el lector. Por eso el reportaje tiene una clara intención estética y periodística.
El reportaje, la mejor noticia para el lector. El Colombiano, junio de 1995.

7. La ley de la memoria:
Hay una ley de la memoria que hace que las cosas de la niñez se queden fijadas para siempre.
Gabo responde a las críticas. Proceso, abril de 1989.
8. Del olvido a la papelera de reciclaje:
Últimamente estaba preocupado porque me parecía que andaba olvidando algunas cosas. No sobre cuestiones profesionales, sino sobre asuntos sin importancia. Pero el médico me dijo que es una pérdida de memoria normal para mi edad. Sucede que uno va desechando aquellos recuerdos que ya no le interesan. Es lo mismo que hacemos en las computadoras: borramos todo lo que no nos sirve para ocuparla con cuestiones más útiles.
Gabriel García Márquez, íntimo. Revista Viva, junio de 1994.


9. La ironía de escribir memorias:
Generalmente las memorias se escriben cuando uno ya no se acuerda de nada.
El viaje a la semilla. El Manifiesto, septiembre de 1977.
10. La edición del olvido:
Nunca tomo notas, confío en que lo que se me olvida no me interesa o no tiene importancia .
El viaje a la semilla. El Manifiesto, septiembre de 1977.
11. El precio de una buena memoria:
Tengo una estupenda memoria para mis trabajos, pero a costa del resto porque no me acuerdo de nada, ni las caras ni los nombres.
¡Carajo!, hagamos algo y punto. El País, marzo de 1996.

